Burga Avestruz

Me lo imagino angustiado esperando la noticia. Con la pierna cruzada y moviéndola con nerviosismo. Tal vez comiéndose las uñas. Recostado en su sillón. Parándose. Sobándose su cara barbuda. Prendiendo un cigarro (¿fumará?). Pisando la colilla. Prendiendo otro cigarro.
Me lo imaginó en su éxtasis luego de escuchar la noticia que tanto esperaba. Sus arreglos, compromiso y ofrecimientos surtieron efecto. En la Asociación Deportiva de Fútbol Profesional (ADFP) la mayoría de clubes refrendó su barrabasada de amnistiar al Sport Ancash, por ello creo que en ese momento estuvo alegre, emocionado. Se sintió ganador. Todopoderoso. Un gamonal que espantó a unos malcriados campesinos que intentaron ingresar a sus dominios.
Por estos días me lo imagino tranquilo. Esperando que pase el tiempo, para ello hace gala de su mejor virtud al frente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF): esconderse en las tormentas. Él tiene la cualidad del avestruz: cuando hay problemas esconde la cabeza. Nunca da la cara.
Manuel Burga, ¿dónde estás? ¿Qué pasa en estos momentos por tu cabeza? Porque no sales a enfrentar el despropósito que hiciste. No. Por favor. Mejor no. Quédate dónde estás. Tu cara es tan dura que las críticas adversas no te harán nada de nada.

Seedorf, su taco y el off side

Ayer entendí a plenitud para que sirve el fuera de juego, el famoso off side, probablemente, la primera frase en ingles que los niños castellanos aprenden a pronunciar. Ayer entendí que esa falta que se marca levantando el banderín sirve para humanizar algo divino.
Treinta y dos minutos de juego del Bayern Munich – Milan por los cuartos de final de la Liga de Campeones. El holandés Clarece Seedorf espera el balón de espaldas al arco, burla a la defensa con un pase de taco. Su compañero Filippo Inzaghi recibe la pelota sin marca y anota el segundo tanto de los italianos.
Fue un gol hermoso, celestial y glorioso; pero no divino. No perfecto. La televisión se encargó de reiterar que el delantero rosonero estaba en posición adelantada, que el pase de Seedorf provocó una falta y, que en honor a la limpieza del fútbol, debió invalidarse el gol.
Pero felizmente el juez de línea no marcó la falta. Gracias a Dios validó una jugada (casi) perfecta del deporte más hermoso del mundo. El humano vive con lo mundano. Tenemos de bueno y de malo, de Ying y de Yang. Y a veces los ilícito nos provoca felicidad, como ayer cuando Seedorf hizo ese hermoso taco.

No llores por ti

El programa se llama 90 Minutos de Fútbol (si la memoria no me traiciona) y se trasmite por Fox Sports. El viernes ese espacio de la TV por cable sació uno de mis más bajos anhelos: ver ‘llorar’ a los argentinos por un resultado de fútbol.
River Plate fue eliminado en la fase de grupos de la Copa Libertadores por Caracas de Venezuela, luego de derrotarlo por 3-1, sin cuatro de sus titulares y en una cancha donde no fue local. Los llaneros sufrieron, a dos días del encuentro, la suspensión de cuatro de sus jugadores, además actuaron en Cúcuta (Colombia) porque su estadio sufre un castigo.
En 90 Minutos de Fútbol, los conductores cumplían ese papel tonto que todos los periodistas desarrollan cada vez que pierde un equipo. Explicar una derrota es patético, y mucho más sí ése resultado eliminó al “segundo equipo más grade de Sudamérica (el primero es Boca por si acaso)".
Los conductores discutieron entre ellos. No entendían como un equipo de un país donde el deporte más importante es el béisbol eliminó a la oncena millonaria. Eran puro y casto lamento. Dicen que los rivales más antipáticos en el deporte rey son los argentinos. Todos les quieren ganar. Así sean venezolanos y se aprecie por un programa de TV por cable.

Y fue goleada

Ganaste Cienciano y por goleada. Te acordaste de tu linaje. De tu pasado glorioso. Boca Juniors llegó a tu estadio sin algunos de sus titulares, pero la última vez que te enfrentaste a un equipo de iguales circunstancias – el Toluca de México- perdiste por 1-2. Ahora no fue así. Ahora tomaste tus precauciones y no sentiste ninguna prerrogativa respecto al rival.
El encuentro tuvo dos nudos narrativos intensos. El primero fue la salida temprana del cerebro rojo, Juan Carlos Mariños. ¡Te quedabas sin tu mejor jugador! El segundo fue la expulsión del xeneize Neri Cardozo. Jugar con un hombre más ayudó. Porque eso que Boca es Boca es verdad. El elenco de Miguel Russo fue difícil y generó mucho peligro en el arco de Juan Flores.
El desenlace de los nudos narrativos llegó con la confirmación de aduana de ese adulto de 39 años que juega con un jovencito: Juan Carlos Bazalar y la explosión el barbón Juan Diego González Vigil. Ayer jugaron para ganar el contrato de su vida. Todos los balones pasaron por los pies del ‘Juanca’ y todos los goles llegaron por el ex Alianza Lima.
Ganaste con claridad 3-0 al Boca. Una goleada. Un marcador claro contra un grande del mundo. Otra vez le ganaste a los de camisa azul con oro. Y por goleada. Con claridad. Te acordaste Cienciano.

Acuérdate Cienciano, no seas malo

Cienciano tu tienes un pasado glorioso. Te acuerdas cuando en tu primera participación en la Copa Libertadores venciste, en Cusco, al mismísimo Gremio de Porto Alegre, que llegó a tu estadio con un cartel de grande y sin miedo a la altura. Recuerdas que lo venciste por 2-1, el 3 de abril del 2002. Sí, verdad. Ya pues, hoy, un día después del aniversario de ese gran triunfo, tienes una excelente oportunidad para que tu pasado no tan lejano vuelva y le inyectes alegría a la sufrida y autoflagelada afición peruana.
La Copa Libertadores es en los últimos años un valle de lágrimas. Mira al Alianza Lima, mira la vergüenza que ha dado. Cero puntos. Nada de nada. Ni de local, menos de visita. Por eso tú eres la única salvación para que la burla no sea un estigma cada vez que un club nacional juega una competencia internacional.
Acuérdate de Boca Juniors, Cienciano. Tú ya lo venciste, ya celebraste delante de él, en la final de la Recopa Sudamericana en el 2004. Ahora lo tendrás en tu casa, con tu gente y en territorio inca. Vamos Cienciano eres la única alternativa para evitar la vergüenza fuera de nuestras fronteras. Gana, por favor. No seas malo

Un filósofo urbano

Los taxistas son los filósofos urbanos por excelencia. A veces convierten su vehículos en un diván y escuchan los traumas de sus pasajeros y otra veces son el termómetro ideal para medir la temperatura de la opinión pública. A mitad de semana, cuando las lluvias sorprendían a Trujillo, un conductor de un carro amarillo habló de fútbol.
Primero saludó la clasificación de la selección Sub 17 al Mundial de Corea del Sur. “Ojalá que estos muchachos sigan sanos” dijo y disparó una ráfaga de elogios para Raimond Manco y el arquero Eder Hermoza. Su alegría por la hazaña de los dirigidos por Juan José Oré se interrumpió con el recuerdo de la derrota en Japón de la selección de mayores por 2-0. “Pero si está Uribe como técnico que se puede esperar. Es verdad que con Cienciano la hizo bien, pero para la selección no sirve”.
Añadió que el partido en tierras niponas sirvió para que los mayores malogren la alegría nacional que generaron los ‘jojitas’. “Sólo para dañarla sirven”.
“¿Y Alianza? pucha, esos si son una vergüenza. Los chilenos los han hecho lástima en Lima y en Chile”, señaló en referencia a la participación de los dirigidos por Gerardo Pelusso en la Copa Libertadores. “Ese Cienciano está bien. Por Dios que el miércoles le gana a Boca. Por Dios que sí le gana”. Ojalá que este filósofo urbano tenga algo de clarividente.