lunes, 13 de agosto de 2007

El regreso del muerto viviente

A José ‘Chemo’ Del Solar le importa un bledo el DNI de los futbolistas, por eso le dijo a Juan José Jayo Legario ‘levantate y anda’. Lo llamó a la selección y el ex alianza de 34 años se acordó que alguna vez lo llamaban ‘Pulpo’ porque parecía que tenía tentáculos para marcar.
El nuevo técnico del equipo de todos sabe que dentro de la orfandad de buenos jugadores en el país, la ausencia de volantes de marca es un desamparo total. En el Perú la teoría de la ‘sábana corta’ es como el sol de todos los días. Cuando teníamos defensas y volantes nos faltaban delanteros. Cuando teníamos delanteros y volantes nos faltaban defensas y ahora que tenemos defensa y delantera nos faltan volantes.
El recuerdo más grato que tengo de Jayo es el gol de mediacancha que le anotó al River Plate cuando jugaba con camiseta del Unión de Santa Fe. La imagen que ahora recibo de él es la de un jugador que entra al campo con el hígado a flor de piel. Todo lo reclama, todo lo apela.
¿Será importante Jayo en la selección? Parece que sí. Por la simple y ordinaria razón que en el ese sector del campo no hay otro jugador que haga la diferencia. El ‘Pulpo’ ha resucitado. Pero eso sí, ojalá que los rivales en la eliminatorias no lo preparen al olivo como ayer los hicieron los del San Martín.

martes, 26 de junio de 2007

La mancha de Mérida

(Con este texto inicios una serie de envidos desde Mérida, la ciudad venezolana donde Perú jugará dos partidos por la Copa América. El primero de ellos hoy martes 26 contra Uruguay y el otro el 3 de julio ante Bolivia)


Mérida es como un apetitoso pastel, preparado con una masa consistente, cubierto con una exquisita crema chantilly, pero manchado con la presencia de una mosca que ha posado sus infecciosas patas sobre él. El insecto es la presencia de los militares en toda esta urbe que se levanta elegante al pie de los andes venezolanos con una arquitectura que combina a la perfección con la naturaleza.
En el hotel están los militares, en el centro de acreditación los vuelves a ver, en los lugares de entrenamientos aparecen, en la Plaza Bolívar (una especie de Plaza de Armas) andan por montones y en el Estadio Olímpico Metropolitano de Mérida son los amos y señores. Ayer en el reconocimiento de la selección peruana al primer escenario de la ciudad aparecieron por los aires en un helicóptero. Para utilizar el habla de callejón peruano: “están hasta en la sopa”.
Sintonizas un canal local y aparecen militares de todos las edades y géneros quienes te disparan la idea que el socialismo es le mejor manera de vivir y que tengamos cuidado con el pensamiento imperialista de los Estados Unidos. En el taxi, el chófer prende la radio y te enteras que Chávez quiere cerrar otro canal de televisión, mientras en la calle los militares - ¿quiénes más? – dirigen el tránsito.
www.pelotaparada.blogspot.com

domingo, 6 de mayo de 2007

Poco hombrecito

Jorge Sampaoli es un tipo que a mí me cae bien. Me parece un técnico fiel a sus ideas, trabajador y obsesionado con la perfección, pero que alguna vez cometió un pecado que en la actualidad lo está pagando.
Su caminar constante en el área técnica durante los partidos, más que un gesto de debilidad o falta de confianza, me parece una manera única y respetable de vivir el fútbol.
Sus virtudes se tergiversaron en un medio futbolístico como el peruano donde las noticias más impactantes son las trasnochadas de los futbolistas antes que su rendimiento en un terreno de juego.
Sampaoli no debió llegar a la Cristal de la manera como lo hizo. Este episodio fue una mancha en su integridad. Antes que termine el torneo del año pasado, el argentino firmó un precontratado con los bajopontinos, cuando José ‘Chemo’ del Solar tenía el buzo de técnico. Ello provocó la rabia en los jugadores incondicionales con el actual estratega de la Universidad Católica, entre ellos el eterno capitán Jorge Soto.
Sampaoli fue visto con un técnico poco honorable. Que olvido sus principios con el fin de llegar a un club grande.
Ahora el argentino está viviendo en carne propia, aquello de que todo lo que mal empieza, mal acaba. Pobre.

Poco hombrecito

Jorge Sampaoli es un tipo que a mí me cae bien. Me parece un técnico fiel a sus ideas, trabajador y obsesionado con la perfección, pero que alguna vez cometió un pecado que en la actualidad lo está pagando.
Su caminar constante en el área técnica durante los partidos, más que un gesto de debilidad o falta de confianza, me parece una manera única y respetable de vivir el fútbol.
Sus virtudes se tergiversaron en un medio futbolístico como el peruano donde las noticias más impactantes son las trasnochadas de los futbolistas antes que su rendimiento en un terreno de juego.
Sampaoli no debió llegar a la Cristal de la manera como lo hizo. Este episodio fue una mancha en su integridad. Antes que termine el torneo del año pasado, el argentino firmó un precontratado con los bajopontinos, cuando José ‘Chemo’ del Solar tenía el buzo de técnico. Ello provocó la rabia en los jugadores incondicionales con el actual estratega de la Universidad Católica, entre ellos el eterno capitán Jorge Soto.
Sampaoli fue visto con un técnico poco honorable. Que olvido sus principios con el fin de llegar a un club grande.
Ahora el argentino está viviendo en carne propia, aquello de que todo lo que mal empieza, mal acaba. Pobre.

miércoles, 2 de mayo de 2007

La docena del Boys

Doce goles en tres partidos es una cifra apetitosa para cualquier equipo de fútbol, siempre y cuando éstos sean a favor y no en contra. Una docena de infladas de redes en 270 minutos de juego es un indicador, primero para preocuparte, luego para avergonzarse y después para darles vacaciones a los defensas o hacerlos trabajar horas extras y feriados sin goce de haber.
Después de generar un maretazo de alegría con su 3-1 a favor ante Sporting Cristal en el San Martín, los rosados se fueron a Huaraz y recibieron cuatro goles en el reestreno del Sport Ancash. El domingo pasado llegó el tsumani Ysrael Zúñiga y sus amigos characatos para castigarlos con cuatro tantos más. Ayer apareció Deportivo San Martín con un tal Mario Leguizamón para ‘regalarles’ cuatro dianas más.
A cambio de los doces goles, los rasados anotaron cinco. Esto es la evidencia que aquel equipo que algunos – sólo fijándose en el colombiano Jhonnier Montaño- le colgaban el cartel de candidato al título, ha sufrido una descompensación terrible. Los buenos equipos de fútbol son los equilibrados, aquellos que atacan bien y defienden bien. Equilibrio, eso es lo en el Callao se fue de parranda y no ha vuelto hasta el sol de hoy.

Los cuatro del ‘Cachete’

Cuando Ysrael Zúñiga se ríe sus mejillas se estiran tanto que sus orejas se sienten invadidas. Es evidente que el delantero, debe su apodo a la generosidad de sus cachetes. Ayer en el Estadio Miguel Grau del Callao, los hinchas del Sport Boys padecieron con su sonrisa mofletuda.
Zúñiga disfrutó de un éxtasis del gol y permitió que Melgar de Arequipa, que estaba tirado en la lona con una goleada de 3 a cero, se levantará y le hiciera una llave mortal al equipo rosado que sólo se zafó con el tanto del empate del colombiano José Herrera.
Si el uruguayo Eduardo Galeno afirma que el gol es el orgasmo del fútbol, pienso entonces que el arequipeño tuvo ayer una jornada digna de un actor de triple XXX.
Su partido en el primer puerto del país fue el soñado. No el perfecto. Inflar las redes cuatro veces. Que ello signifique voltear el partido y tener los tres puntos en el bolsillo, era casi celestial, pero el empate le otorga una mancha terrenal a la actuación del ‘Cachete’.
Aún así, cuatro goles son cuatro goles. ¿Qué delantero peruano se puede jactar de un cuarteto como el Ysrael?

martes, 1 de mayo de 2007

Surf hecho en el Perú

En Huanchaco sopló ayer un aire que primero congeló las miradas y luego las hizo ver el pasado. Una especia de embrujo cayó en el primer balneario de la región para agrandar la llama que ilumina la hipótesis que el surf nació en el norte del país.
Decenas de personas confirmaron que sí es posible correr olas en los caballitos de totora. Los principales tablistas de la región cargaron sus embarcaciones milenarias, ingresaron al mar y se deslizaron sobre las olas, en una armonía que originó un agujero en el tiempo.
La experiencia fue única, pues los testimonios orales e iconográficos dejados por los antiguos norteños se hicieron carne en pleno Día del Trabajo. La magia de correr olas es un herencia no un deleite aprendido.
‘Pescadores de olas’ fue un evento que etiquetó con un ‘hecho en el Perú’ el arte de surcar las olas, ese deporte practicado en todo el mundo y por el que Sofía Mulanovich se convirtió en una heroína nacional.
Huanchaco tiene ahora una excelente oportunidad para, a través del deporte, mantener su cultura viva. Las competencias deportivas con caballitos de totora no debe ser flor de un solo día.